miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cruzar el río

Tenía bastante pensado cómo entrar en acción. Ahora solo faltaba ponerlo en práctica.
El primer día nunca es precisamente como lo esperas. No conoces a la niña, ni ella a ti. No sabes cómo es. Nada absolutamente.

- ¿Te gustan las mates?

Me mira, escéptica. Su cara muestra un “¿Y a quién demonios le puede gustar eso?”.

- Bueno… No están mal – me dice, más por cumplir que por otra cosa.

- A mí me encantan. Y son mágicas. – Sigue sacando su libro de matemáticas y sus libretas, sin prestarle mucha atención a mi ilusión infantil – Porque están en todas partes. Estan en las flores, en las estrellas… O hasta en la construcción de esta mesa. Para todo hacen falta. Y son mágicas, porque están por todas partes… pero no se pueden ver – Vaya, el discurso no me ha quedado tan brillante como lo había planeado. En mi cabeza sonaba mejor. Y como me sigue mirando, sin decir palabra nos sumergimos en el mundo de los problemas con fracciones. Arg con problemas tan aburridos es normal no cogerles mucho cariño…

Cuando ya llevábamos 45 minutos haciendo algún que otro problema y deberes para clase le digo:

- Te he traído algo. A ver si te gusta. Léelo en voz alta, anda.

Un titiritero que iba recorriendo la ciudad llevaba consigo un lobo, una cabra y una col. Al llegar a la orilla de un río se encuentra con que la única manera de cruzarlo es con una barca en la que sólo cabe él y el lobo, o él y la cabra, o él y la col.
Por supuesto no se atreve a dejar al lobo con la cabra ni a la cabra con la col.
¿Cómo cruzarán el río?

Por supuesto y como visualizarlo siempre ayuda, le hice unas fichas de colores con dibujos de cada cosa y el río, para que moviera las piezas mientras discurríamos de qué manera resolver el acertijo.

¿Se os ocurre a vosotros alguna?

Solución
¡Espero que lo hayáis intentado! Tras dejarlo más de un año y medio propuesto, al fin me decido a dejaros la solución. Hubo personas que me dejaron la solución correcta en los comentarios, ¡bien por ellos!
De cara a comprender la solución, debéis recordar que en la barquita solo cabe la titiritera y otro elemento (nunca pueden pasar tres individuos en la barca). Se puede resolver siguiendo combinaciones distintas, pero esta es por la que he optado yo:

1 - Primero la titiritera pasa la col al otro lado del río, pues puede quedar tranquila si deja en esa orilla al lobo y a la col.
2 - La guapa titiritera, vuelve a cruzar el río, esta vez sola, al lado del río donde todavía se encuentran el lobo y la col.  
3 - Esta vez, cruzará de nuevo el río pero con el lobo feroz. 
4 - Pero como no puede dejar solos al lobo y a la cabra (puesto que se puede palpar el desastre si ella se ausentara), debe volver a cruzar, esta vez con la cabra.
5 - Vuelve a cruzar el río, pero esta vez se lleva a la col con ella al otro lado de la orilla y deja a la cabra sola.
6 - Cruza de nuevo ella sola, dejándose tranquilamente a la col y al lobo en esa orilla.
7 - Por último cruza con la cabra.

¡Ya tiene a los tres, la cabra, el lobo y la col al otro lado del río! Eso sí, para cruzar a todo su séquito ha necesitado de unos buenos brazos para remar de un lado a otro, varias veces y sin parar.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Amar las matemáticas

Su padre, un profesor de universidad entrado ya en edad, me miró directamente a los ojos y me dijo:

- Quiero que se centre. Que eso del patinaje y de salir con sus amigas está muy bien, pero quiero que adquiera hábitos de estudio. – Hábitos de estudio, que odiosa frase, pensé. - Y además… - Titubeó un momento - Puede que suene un poco cursi… Pero lo que yo quiero es que ame las matemáticas.

Que ame las matemáticas. Que ame…
Y así empezó todo.

Tratar de convencer a una niña de 11 años de que las matemáticas son preciosas con una hora a la semana no es tarea fácil.

Las matemáticas están por todas partes, son mágicas, le repito normalmente al final de la clase, a veces me mira no muy convencida, pues tiene inculcado, sea por lo que sea, que las matemáticas son un rollo, aburridas, bah dolor de cabeza infinito.

Sólo dedico una pequeña parte de las clases a una sorpresa que le tengo preparada. Con eso basta. Cada día es algo distinto. Rompecabezas, acertijos, juegos de estrategia.

Pero poco a poco, reto tras reto, al ver esa sonrisa al darse cuenta que ha logrado resolver ese acertijo, aprender algo nuevo, me señala que el camino es correcto, es emocionante. Si bien se pueden recorrer otros caminos, este está resultando muy divertido, y a menudo acabamos las dos riéndonos, en un ambiente distendido, donde es más fácil amar que odiar.

En este blog no sólo quiero recoger una experiencia (que sin buscar, encontré, y que está resultando ser maravillosa), sino que quiero hacer una recopilación de juegos, problemas, curiosidades o relatos matemáticos, enfocados a niños de primaria, pero que es también muy útil para cualquier persona que quiera darle un enfoque distinto a esta rama del saber tan problemática, o para padres que quieran motivar a sus hijos (como quiere este profesor de universidad), o para otros docentes que quieran motivar a sus niños.

En fin, seáis quienes seáis, espero que lo que aquí escriba os sea de alguna utilidad, y si deseáis sugerirme algún acertijo o rompecabezas que os guste en particular, estaré encantada de leeros y de poder encontrar más matemáticas y más gente que lo que quiera sea matematizar su vida y matematizar la realidad que le rodea, porque han descubierto el placer, repito, el placer de hacer de su vida un gran acertijo matemático.



Sed todos bienvenidos.